Elaboramos nuestra pizza teniendo en cuenta siempre insumos de calidad, respetando los tiempos de los procesos y terminándolas con la experiencia de nuestros maestros pizzeros para su cocción.
Nuestra masa se elabora con un prefermento llamado “biga”, que nos aporta un mayor sabor, una textura más crujiente y una miga más alveolada. Junto al proceso de fermentación lenta en frio, nos da mayor digestibilidad.
Realizamos un proceso de fermentación de 72 horas. Por último, la amasamos y estiramos en el momento. Así logramos una pizza de gran calidad y sabor inigualable, además de ser muy liviana para disfrutarla por completo.
Así como cuidamos nuestra masa y respetamos sus tiempos, del mismo modo seleccionamos cuidadosamente cada uno de los ingredientes que componen nuestra pizza.
La salsa está siempre elaborada con tomates de producción en temporada, que luego combinamos con albahaca fresca y aceite de oliva extra virgen. Así conservamos el sabor y la frescura del tomate natural durante todo el año.
Nuestra mozzarella hilada y estacionada está elaborada de forma tradicional y artesanal, madurada en el punto justo para ofrecer lo mejor de sus características.
Tan importante como este proceso de la masa son nuestros hornos de piedra, especialmente construidos a nuestra medida, donde el fuego nunca se apaga.
La temperatura controlada y los materiales con los que están hechos son fundamentales en el resultado final. En ellos, cada pizza se cuece con una cocción pareja, crocante y con el punto exacto de sabor.
Con cada uno del resto de nuestros ingredientes, trabajamos en contacto cercano con nuestros productores.
Lo hacemos para llevar a tu mesa una experiencia de sabores auténticos y la expresión de nuestra herencia italiana.
Hacemos buena pizza, siempre.